Para Antonio Hernández

Te has quedado dormido
para nunca despertar,
ya te fuiste, ya te has ido,
para nunca regresar.

Has luchado, te ha vencido,
días enteros sin final,
pero al fin has descansado
ella no tiene rival.

Fuiste fuerte, fuiste honrado,
fuiste un hombre sin igual,
fuiste tierno, fuiste amable
nadie te puede igualar.

Tus manos de cera fina
sobrepuestas quedarán,
en mi mente dolorida
nunca más me rozarán.

El dolor que hoy nos invade
a ti no te ha de llegar,
pues seguro que tu yaces
en un mundo singular.

Ojala sea un mundo bello,
de colores y de paz,
pues eso te lo mereces
por un saber siempre estar.

Hombre de mirada dulce,
pelo cano y blanca tez,
hombre valiente y sencillo
que nos dejas sin querer.

Con su manto te arropó
esa señora blanca,
en silencio secuestró
la vida que te quedaba.

Enero 1995